domingo, 17 de enero de 2016

West Coast USA (Dec 2015 Ene 2016)


Whatssap, bro! Diciembre es siempre mes de migraciones y encuentros con familiares, parientes, amigos, conocidos y bienhechores para celebrar que ha pasado un año mas y otros rituales asociados al solsticio de invierno. Cada tanto por alguna extraña razón que todavía no podemos descifrar, estas celebraciones ocurren en el corazón del invierno lo cual hace el festejo bastante más extraño para algunos de los que escriben aquí, pero es lo que hay.

Cuando esto ocurre, Don como ya es costumbre va unos días antes a su casa en Berkeley, California, y de paso aprovecha para pasar también el Día de Acción de Gracias con la familia, un evento propio de la zona esa donde reina una Michelle Obama cada vez más suelta, seguido de su fabuloso Black Friday que no entendemos bien por qué pero ESA costumbre sí que se está expandiendo worlwide y no la de comer pavo en una apacible tarde de jueves. El mundo es así de global, que se le va a hacer...


Del otro lado y acabando un interesante East Coast Tour, sobre fines de diciembre aterrizó Carlos en el aeropuerto SFO, extrañado de que no hubiera neblina por la zona que ese fenómeno es propio del verano del Área de la Bahía de San Francisco. En invierno hace frío (lo cual es razonable, que no estamos en el planeta Marte sino en el hemisferio norte), pero los cielos están despejados (cuando no llueve, claro). Eso fue algo extraño de digerir, además del frío del invierno, y también el hecho de que la peña estaba comenzando a recogerse para celebrar el fin de año.

Por eso no es de extrañar que durante esta visita invernal nos la pasamos disfrutando de la zona con salidas y comidas y/o cenas con amigos, aprovechando que todos estábamos más distendidos ya que estábamos de "winter break", así que las veladas fueron usualmente más prolongadas que las habituales, y más relajadas. Asados, ñoquis, caminatas por los lugares naturales de la zona, siestas, jacuzzis, cenas temáticas.... Todo fue disfrutado con bastante más intensidad debido a las bajas temperaturas que también ayudaban a que nadie quisiera hacer otra cosa que estarse cerca de algún tipo de fuente de calor, aunque más no sea el humano.

Al acercarse el día de navidad, pillamos Alaska Airlines para subir hasta Portland, en el estado de Oregon, donde vive el clan liderado por Diana, una de las hermanas de Don, y secundado por sus cuatro hijos y respectivas familias. Aquí finalmente pudo Carlos utilizar toda la ropa de abrigo que se trajo para paliar el frío de Norteamérica en diciembre, pero que se ve que el fenómeno del Niño (que apareció justo cuando llegaba el otro Niño lo cual hizo todo más confuso aún) trajo temperaturas más cálidas (y más lluvias) que las esperadas. No vimos nieve, pero tuvimos frío.

Y ya con toda la familia reunida alrededor de la mesa, disfrutamos de una poderosa bagna cauda que es toda una tradición entre los Colemans. Hubo poca actividad exterior ya que hacía frío y habían embarazadas en el clan, así que la reunión familiar tuvo mucha película de navidad en la tele y excesivo consumo de calorías, carbohidratos, azúcares, grasas de las buenas y de las malas... En fin, lo que toca en estas celebraciones.


La mañana de navidad nos encontró a todos abriendo regalos alrededor del árbol. Como el reparto de los paquetes se hizo utilizando el método del White Elephant, y nosotros habíamos de regresar a California con solamente equipaje de mano, no podíamos hacernos ni de botellas ni de cuchillos ni de nada muy raro, así que casi-casi que nos volvimos con lo que habíamos llevado, que es lo bueno que tiene este juego, que si te curras un buen regalo para poner debajo del árbol, a lo mejor te lo puedes llevar tú a tu casa.


Acabado el tradicional reparto de regalo y ya todos felices y contentos con nuestros respectivos nuevos objetos, nos dedicamos -una vez más- a la gastronomía de navidad, que las carnes varias asadas con el mayor cuidado (lo bueno de tener un cocinero profesional en la familia) más los tradicionales gravies, puré de patatas,  pastel de nueces pacanas y otros elementos tradicionales que fueron apareciendo sobre la mesa fueron debidamente disfrutados por los comensales.

Y como es típico en el núcleo familiar norteamericano promedio (no del promedio de Donald Trump y sus allegados, sino algo un poquito más moderado), toda celebración tiene algo de cada parte de donde viene cada uno... Alas, que incluso dentro de los mismos oregonenses había gente con genes chinos, del Midwest y otros lugares exóticos del planeta. Y para los intolerantes al gluten, los chipás que preparó Carlos para el festín navideño ocasión fueron debidamente bienvenidos y celebrados como suele ser. Esta globalización...

Casi-casi que acabada la cena del 25 nos tocó ir rodando hacia el aeropuerto que ya nos regresábamos para California, que allí -como te lo venden en las películas que se hacen en la zona- siempre brilla el sol (cuando no llueve, claro).
Así que decidimos salir a caminar un poco por las colinas del East Bay como para quemar tanta caloría y disfrutar del solcito, que en Oregon parece ser que no está incluido con tus impuestos esto de la luz solar.
Y en los días siguientes nuevamente reuniones con amigos, que cenas, que desayunos, que brunchs, que paseo por Angel Island, que el cine, que Netflix, que Amazon TV,...
La semana fue pasando y de repente nos encontramos con la otra celebración, la de fin de año, que la pasamos magníficamente en lo de Alejandro y Peter, que se curraron una fiesta de fin de año digna del fabuloso castillo donde viven.
Fue una velada memorable, y una excelente manera de despedir al año que se acababa y "bienvenir" al 2016 con amigos, conocidos, nuevos conocidos y gente de lo más variopinta.
Ya comenzado el nuevo año, continuamos con nuestra rutina de mucha actividad social y poca física, que con el clima invernal es lo que toca hacer. Fuimos a un par de caminatas más por allí con algún grupo de senderismo, pero fueron bastante más las horas de cine, televisión, comidas y cenas.
Es que en esta zona del planeta la gastronomía es de lo más diversa y bastante buena: sushi, thai, chino, indio, italiano, vietnamita, etiopí,... y también cosas más locales como las típicas hamburguesas deluxe, la pizza de Zachary's o el clam chowder. Toda una tentación a la que es difícil de resistir, y no es que a nosotros nos interesaba mucho resistirnos, así que hacia allí fuimos!

Y fueron pasando los primeros días del año y como que ni los reyes magos ni las reinas magas se dignan a aparecer por esta zona del planeta, ya no quedaba mucho más para celebrar así que hubo que inventarse alguna excusa para seguir encontrándose con la peña, que siempre hay una si se tiene alguna parrilla o un bar cerca.

En algún momento el reloj le marcó tarjeta a Carlos que ya tocaba regresarse para casa justo a tiempo de poner todas sus cosas en una maleta y llegar al aeropuerto antes de que se le escape el avión, el primero de una serie de cuatro que lo trajo de regreso al Mediterráneo.

Don se queda por unos días más ahí en la casa de Berkeley, que siempre hay faena para hacer en esa casa y la mano de obra ilegal sale cara. Esperamos que hayais tenido todos vosotros un buen fin de año, y que este que comienza os traiga muchas millas para recorrer y buenos momentos para disfrutar con los seres queridos. Salud, disfrutad de las fotos que siguen, y será hasta el proshen arret.