domingo, 5 de septiembre de 2010

El Area de la Bahia de San Franciscou (Agosto 2010)

Mucho se ha discutido sobre si había que escribir este relato o no. Dado que este blog es de viajes de Don y Carlos (o de Carlos y Don) y que esencialmente para uno de ellos este sigue siendo su hogar, y nunca hubo ni habrá un capítulo de este blog intitulado "romántico abril en L'Hospitalet de Llobregat", pues el dilema está planteado: ¿se considera un "viaje" ese que haces hacia tu propia casa? Que tema para los talk shows de las 5 de la tarde!!

De todos modos, París bien vale una misa y aquí vamos con el raconto. No creais que estos dos se estuvieron quietos desde la última vez que dejaron algo escrito por aquí... No, señor, que ambos cruzaron el charco un par de veces ya entre mayo y ahora. Solo que... cada uno por su lado. Y como este es el blog de los viajes de Carlos y Don (o de Don y Carlos), pues esas aventuras no aparecen documentadas aquí. Bastenos decir que para fines de mayo Don estuvo por estas tierras en viaje de negocios, y Carlos debió abandonar Europa de emergencia el día después del ruido de rotas cadenas que -como le sale a Don- "Alimania" nos hizo sentir por la espalda en los cuartos del mundial de fútbol, y cual diva embarazada de los años 50 huyó para ocultar su vergüenza. Cuentan las malas lenguas que se lo vio mirando los últimos partidos del mundial en países perdedores del hemisferio sur.
Pero vamos a lo que nos toca, que estuvimos este verano en nuestro segundo hogar. En Berkeley, al este de la bahia de San Francisco, el lugar donde nacieron los hippies, los pacifistas, los ecologistas y otros animales del montón. Aquí es donde tiene su casa Don, una casa de esas que fueron construidas después del gran terremoto que destruyó totalmente a San Francisco en 1906.
Una pena que la vinieron a construir a como 200 metros de otra falla sísmica que probablemente la haga bailar de lo lindo cuando le llegue el "Big One", pero no vamos a deprimirnos con eso de momento.
Los verdaderos amos y señores de esta casa son Basil y Zena, que habitan allí desde el primer día, están omniprescentes en todo momento y lugar, e incluso por la noche deciden en qué habitación dormirán, sin consultarte, claro. Estos gatos algo de sangre italiana llevan en sus venas, porque "il dolce far niente" lo tienen bien incorporado, y... es tan contagioso... :-)
La cuestión es que el agosto lo pasamos aquí. Carlos llegó a fines de julio después de haber varado por aeropuertos varios de cuyo nombre no quiere ni acordarse, solo para encontrarse con que Don no estaba en la zona sino que andaba de rafting por el Cañón del Colorado.
Igual, algún cartel de bienvenida por allí había, y amigos esperando en el aeropuerto que eso te hace sentir como llegando a casa (y a lo mejor habrá que aceptar que esto es un "hogar" nomás, qué dilema!)
Pero a los pocos días ya estaban juntos estos dos, y se dedicaron a imitar a los gatos y pasar el agosto tirados sin hacer nada... Bueno, por 2 o 3 días funcionó bien la cosa, pero como que hay miles de actividades que siempre te tientan..
¿Que si te sale un poco de sol y estás con ganas de caminar? Pues nada más hacer 300 metros y estás sobre las sierras de Berkeley, y puedes tener tu caminata matinal o vespertina sin mucha logística previa ni póstuma.
¿Que tienes ganas de ir al cine? Pues al cine. Que quieres ir a comer chinese/thai/indian/vietnamese/eritrean/ethipean/loquesea? Pues mejor aún si lo haces con amigos.
¿Que quieres hacer más rafting aún? Pues dale pa Sacramento nomás, que en el American River
hay para divertirse. Carlos tuvo su bautismo de pasar por rápidos varios con los ojos cerrados, y también su primera experiencia rescatando borrachos en las aguas salvajes.
Lo bueno de contrastar el verano de Barcelona con el de esta zona es que uno se despierta cada mañana con frío y niebla, siempre teniendo en mente la frase célebre de Mark Twain, desayuna y después despacito va saliendo el sol y para el mediodía ya hace calorcito como para salir y hacer algo al aire libre.
Y si no te interesa para nada ver el sol y querés seguir en el frío, pues te diriges en la dirección del océano Pacífico y te quedas por allí.
Aunque a veces el clima te engaña, y terminas yendo a un "fog fest" donde hay un sol radiante y calorcito, pero igual la gente le da al alcohol como si fuera el fin del mundo.
Y como no solo de beber vive el hombre, también está la mástica. Y este ferragosto Carlos y Don decidieron compartir los secretos de la pasta del 29 con un workshop sobre cómo hacer ñoquis (para el año que viene prometemos un workshop sobre cómo "ser" ñoquis :-)) que fue todo un éxito, y hasta tuvimos participantes de Alimania que se acercaron a amasar los ñoquis para después devorarlos con pasión.
Y obviamente también hubieron ñoquis del 29 propiamente (el workshop fue previo a esto), y hubo asado-paella de despedida, y más comida, y clases de salsa, y noches de truco, y sesiones de all you can dance en el Castro, y cola para tomar helado en Ici, y visita de Philip, y teatro al aire libre con the San Francisco Mime Troupe, y escuchar mil veces en la radio el tema del verano, que hay que hacer un mea culpa aquí que el año pasado te decíamos que no te preocupes por saber quien era Rihana pero resulta que -como el ave fenix- esta chica vuelve al ruedo como telonera de Eminem explotando su papel ahora de mujer famosa y golpeada (sus 4 lineas en esta canción son patétiquisimas pero... se ve que es lo que se vende), y... la tenemos que cortar aquí porque acaba de entrar Basil y demanda silencio, que quiere dormir.
Ahhh, home sweet home! Disfrutad de las fotos, y será hasta el proshen arret, prontito sha...