lunes, 21 de febrero de 2011

La Molina (Feb 2011)

El tradicional fin de semana de esquí que solíamos hacer anualmente en Andorra con Marc y Roald este año se trasladó a La Molina, que hay que invertir en Catalunya, mira cómo nos la dejó Montilla.

Otra novedad de esta escapada fue el request de Marc para que Carlos se dejara de poner la excusa de que a él no le iban las pistas rojas y así se escapaba del grupo y más tarde se lo encontraban bebiendo cervezas con la escuadra de militares que vienen también a hacer su entrenamiento en esta zona por estas fechas.

"Vale", gruño Carlos mientras se imaginaba lo vertiginosas que son estas pistas rojas y simultánemante se le venía a la cabeza el cuento ese del gato Fígaro que le contaba su madre de pequeño, que el pobre animal tenía miedo de bajar las escaleras hasta que su madre le da un cocktail de gin&tonic más unas pastillas que hacen que al final el Fígaro suba y baje las escaleras como Marilyn en este video.
Pero como no recordaba bien Carlos de qué iba el cocktail y cuáles las pastillas, cogió el teléfono y llamó a su madre para que le refrescara el final del cuento, y cual fue su sorpresa cuando se encontró con la voz de Hillary del otro lado, que esta chica escucha todo ya lo sabemos, pero meterse así con las conversaciones de la familia...
"Honey"- comenzó Hillary (que hay gente que piensa que ella es mala, pero nada que ver, está un poco molesta en estos días porque le avisaron que será Ellen Degeneres quien haga de ella en la película sobre su vida y no la Sharon Stone que era su primera opción, pero no se puede tener todo en la vida hija mía). Honey, tu madre está durmiendo, te puedo ayudar yo?
Contole Carlos de sus temores y demás, y al final el consejo sapiencial de Hillary -que lleva más de una avalancha en temas de nieve y de los otros también fue: mira, chico. Tu en la pista roja no mires hacia abajo de todo, que te morirás de un ataque al corazón ahí mismo. Sólo fíjate en diagonal hacia donde te diriges, y ve de a un trazo por vez. Y si te vas a caer, intenta que nadie te vea. Y si te ven, pues te caes y te levantas con una sonrisa como si estuvieras en la gala de Operación Triunfo.
Pues resultó bueno el consejo de Hillary, que en esta oportunidad Carlos no solo se animó a las pistas rojas sinó que también hizo una que otra negra (desoyendo el consejo materno ese de "tu hijo, lo que quieras. Pero con las negras por favor no te metas").

Como hemos dicho más arriba, estuvimos de fin de semana de "esquiada" en La Molina. En realidad, esquiamos domingo y lunes para evitar el mogollón de gente que se está por allí alrededor del sábado. No vamos a decir nada del hotel donde estuvimos porque si hubiera costado la mitad de lo que terminamos pagando y te hubieran avisado de llevar tapones para el oído, sí que lo recomendaríamos. Además, estar "a metros de las pistas" no es lo mismo que estar "a 1500 metros de las pistas". En fin, al menos el staff era bastante amable.
Había poca nieve en esta zona de la Cerdanya, que a veces teníamos que esquivar unos matorrales de pasto, o pedazos de hielo sobre las pistas. Así que los que tengais en mente hacer un poco de esqui antes que se acabe la temporada, a espabilarse.

Este año también como novedad hicimos las dos pistas: La Molina y Masellà. Totalmente recomendable Masellà, de hecho tiene pistas más anchas y más diversas que la primera. Pero para principiantes, definitivamente hay que hacer primero La Molina. Para cenar nos acercamos al restaurante "Gemma", al costado del supermercado del mismo nombre, a metros de las pistas de esquí. Que el año que viene iremos a un hotel a walking distance del Gemma, que estaba todo muy bueno y a un precio más que razonable, y la camarera era de lo más simpática.
Pues hasta aquí llegamos. En breve, más anécdotas de esquiadas porque el invierno se acaba pronto y hay que terminar de disfrutarlo. Algunas fotos más para entretener la vista y... hasta el proshen arret!





lunes, 7 de febrero de 2011

A Vila (Feb 2011)

Con todo lo que está ocurriendo en Egipto y alrededores estábamos ya preparándonos para hacer un crucerito por el Nilo a cuenta y cargo de los dineros de Hillary, pero resultó ser que interceptaron unos mensajes de la agencia rusa Kazaz denunciando que en Ávila se estaba lavando dinero en billetes de 300 y de 350 euros, y tuvimos que ir a investigar allí.
En tan magna misión nos acompañaron unos espías argentinos cuyo nombres no daremos aquí porque tampoco es plan de andar exponiendo a todo el mundo, mira lo que le pasó a la pobre Valerie Plame que al final de la película Sean Penn se termina divorciando de ella, que debe de ser una de las peores cosas que le puede pasar a una mujer, que Sean Penn se divorcie de ella. Así que tampoco vereis muchas fotos de ellos por aquí. Como que sigue la crisis que afecta a todo el mundo mundial, pillamos Ryanair desde Barcelona hasta Valladolid, y tentados estuvimos de comprar el "rasca que te rasca" que te venden -entre cientos de miles de otras cosas- arriba del avión, que parece que una pasajera que venía de Málaga se ganó unos 40.000 euros la semana pasada con este juego, pero es que después Hillary no nos reintegra los recibos por esos juegos así que mejor no arriesgarse.
Luego de unas horitas en Valladolid como para "entrar en frío" (porque hacía frío) nos dirigimos hacia Ávila city. Por suerte había sol y hasta casi que se podía decir que por las tardes daba gusto tirarse al sol, pero en la sombra todavía quedaban rastros (y bastante!) de nieve. Igual, no nos dejamos amedrentar por la temperatura y paseamos un buen rato por la city, que tiene su encanto. Unas murallas que te quieren hacer creer que se podrían confundir con la de china pero que no, no es para tanto. Incluso para aumentar la confusión hay un restaurante de esos que te ofrecen cerdo agripante denominado "la gran muralla" haciendo juego con la coreografía local. Lamentablemente no podemos reportar nada sobre este restaurante porque como que nos dijeron que Ávila es tierra de cochinillo, y hacia el cochinillo fuimos. También probamos judías del barco de Ávila, que es un poco impresionante eso de estar delante de tu plato imaginándote a esas pobres judías viniendo en barco
hasta Ávila donde las esperaba santa Teresa herself para convertirlas al catolicismo ahí mismo. Otro plato típico de la zona que también fue debidamente degustado fueron las yemas de Santa Teresa, que los más curiosos fueron a averiguar de qué están hechas, y ahora están a dieta de lechuga por un mes como para compensar tanta azúcar y colesterol.
Y ya que hablamos de la santa, obviamente buena parte del atractivo de este lugar es ir a ver todos los lugares teresianos que por aquí abundan y recordar a todas nuestras amigas Teresas worlwide. Que comenzamos con el templo-museo que está sobre la casa donde nació la santa, que a la gente a la que le va el rollo reliquias aquí hay desde pedacitos de tela de los zapatos de la santa hasta... un dedo de ella que parece que lo tenía Franco en su mesita de luz como para que lo inspire (digo yo).
Después pasamos por la iglesia donde se bautizó, el monasterio donde vivía, el primer convento reformado, etc, etc, etc... Pero lo que más nos llamó la atención fue de repente estar a las puertas del "Centro Internacional de Estudios Místicos", que estando ya adentro se nos informó que van muchos argentinos allí, y que es como una especie de museo del misticisimo, algo como muy simbólico y muy esotérico. Por suerte te daban una hoja explicativa para que entiendas todo lo extraño que allí había, que se supone que ibas pasando de morada en morada al mejor estilo santa Teresa. Carlos en cuanto vio que había un "cuarto oscuro" (patrocinado por san Juan de la Cruz decía el papel) se encaminó directamente hacia ese lugar solo para encontrarse con un par de piedras y música jazz sonando de fondo. Se ve que el rollo místico no es lo nuestro, y encima la que atendía a la puerta se sorprendió de que hayamos recorrido el museo tan rápido. No se si se esperaba que entráramos en trance allí mismo o salir estigmatizados. Por cierto, muy bien la 1 que la noche anterior a la salida teresiana nos puso en el horario central Teresa, el cuerpo de Cristo. Que Don después de mirarla por hora y medio terminó diagnosticando que esta chica era epiléptica. Estos americanos...
Como para mitigar un poco tanto santo y tanta yema, decidimos ver una exposición sobre los habitantes pre-romanos de la zona, que parece que se llamaban vetones y eran del grupo celta, que se dedicaron a llenar la zona con esculturas de toros y otros animales, y que se ve que la vida en esa zona ya era bien interesante desde hace tiempo. Despues vinieron los romanos, y los vándalos, y los moros, y los cristianos.... y se ve que vinieron para quedarse, como te lo recuerdan en esta placa de aquí a la derecha.
También tuvimos tiempo de entrar a otro museo más y visitar la catedral que es como del siglo 12
y ahí adentro hace un frío que te cagas, pero que tiene lo suyo como una alcancía (supongo que antigua) para recaudar dinero para casar a las doncellas huérfanas. Y ya en terminando la jornada volvimos al mismo restaurante donde habíamos probado el cochinillo perfecto para volver a darle al diente al pobre animal. También ensayamos la caldereta de cabrito que la recomendamos totalmente para un día de invierno como ese, aunque si te tienes que hacer un análisis de sangre en estos días mejor que le esquives a estos platos o te pongas a rezarle a la santa para que te baje el colesterol.
Después de abandonar el restaurante nos arrastramos hasta el tren que nos llevaría de regreso a Valladolid, y de allí de vuelta a nuestra morada, que ella tendrá más de una pero a nosotros los inquilinos forever lo único que nos queda es comprarnos el libro, seguir metiéndonos en cuartos oscuros y rogar no morirnos de un ataque de epilepsia en el intento! Aquí hay algunas fotos más y comme d'habitude será hasta el proshen arret...