viernes, 14 de octubre de 2011

Santiago Querido (Octubre 2011)

¡Que ya estamos de regreso en la península! Y con una calor... Por eso decidimos que nuestra primer aventura iba a ser un short getaway para ir a refrescarnos un poco en plan peregrinos a Santiago de Compostela, en Galicia, la meca del camino de Santiago.

Y así fue que preparamos nuestras alforjas, nos pusimos las mochilas, nos calzamos las sandalias y salimos a la calle.... rumbo a la parada del aerobus más próximo a nuestro domicilio que nos llevó a BCN, que Vueling en hora y media te deja en el aeropuerto de la otra ciudad, y de allí nuevamente bus mediante ya estás en el centro mismo de la fe.

Lo primero a notar de estas tierras lejanas pero fieles a la religión única y verdadera, es que aquí se habla otro idioma, y que cada tanto al escuchar el acento y el ritmo de la lengua local uno puede casi adivinar los orígenes de esa pesadisha que es el casteshano argentino. Incluso nos encontramos caminando por las calles de Santiago city con el bar que seguramente frecuentaba nuestra queridísima Coty Nosiglia.

Después de llegados y acomodados en nuestro hotel, nos dirigimos a la catedral local, a cumplir con el santo. En el camino Don se preguntó si estaban despellejando a algunos gatos por allí pero resultó ser que eran unos gaiteros dándole al instrumento que parece ser muy típico en la zona. No les sacamos fotos porque había que pagar para eso, y lo nuestro era turismo de peregrinos así que... ni un duro.

Dentro del templo, como que justo estaba terminando la misa así que estaba todo el mundo allí, y una imagen del santo dominando la escena arriba del altar. Y parece que la tradición es ir por detrás y abrazarse al santo, cosa que descartamos rápidamente porque el 50% del equipo se considera ateo practicante, y también porque la cola era larga. Además, eso de andar palmeándole la espalda a un desconocido adentro de un templo... como que no.

De la mística pasamos a la mástica, que aquí lo que hay es "all you can eat seafood": que pulpo, que calamares, que vieiras, que salpicón de marisco,... También hay carne de la buena, chuletón de buey, ternera...animales con sabores (y precios!) prohibitivos. Nos dimos un buen atracón de lo primero, y de lo segundo solo probamos unas hamburguesas de buey que Carlos todavía no termina de comprender por qué deberían de tener algo de especial las hamburguesas de buey, que toda carne molida que no sea de soja sabe igual. Pero Don dice que no así que hacia allí fuimos, hacia la super hamburguesa de buey.

Al día siguiente nos dedicamos a la culturalidad, que primero había que entrar en el museo de la catedral, donde se podían ver las típicas cosas que se encuentran en estos lugares: esculturas, reconstrucciones, patios, sepulcros, arte sacro... eso sí, el cuerpo del santo no aparece por ningún lugar así que deducimos que lo tienen bien escondido.

Del museo de la catedral pasamos al del "Pobo Gallego" que es un poco más alegre y se pueden ver allí pinceladas de la vida en las comunidades gallegas. Historias de pescadores, gaiteros, pastores, emigrantes, etc, etc, etc. Don se sorprendió que el museo este tenía todos sus carteles e indicaciones en gallego, aunque la fruta del día se la llevó al entrar ingenuamente en una obra de teatro en el mismo idioma. Carlos que ya se pasó casi la mitad de su vida viviendo en lugares de idiomas extraños y haciéndose pasar por experto políglota cuando no caza ni jota, pudo sobrevivir la hora y cuarenta minutos del evento sin pestañear. Es lo que tiene la inmersión lingüística..

En continuando con nuestro tour cultural, después de intentar acercarnos a unos museos extrañísimos que Don se empecinaba por conocer y que no existían ni en las guías de la ciudad, terminamos en el "museo das peregrinacions", donde se encuentra un mapa de todos los centros de peregrinos del mundo. Los correntinos pueden darse por satisfechos que allí aparecen Itatí y (does your mother know?) el santuario del gauchito gil, aunque alguna alma de esas malvadas intentó borrar el legado del pobre gauchito, pero allí sigue...

Otro elemento interesante que encontramos en este museo fue una imagen de "Santiago mataespañoles" que viene importada del Perú. Que parece que el santo originalmente era conocido como Santiago Matamoros, y que hacía estragos contra los pobres chiítas allá en la época en que éstos venían a invertir en el negocio inmobiliario en la península. Y que durante la conquista de las Américas se llevaron unas estatuas del santo redefinidas como "Santiago mataindios", y que finalmente durante las revueltas de las colonias el santo evolucionó en mataespañoles. Parece que es una industria productiva esta, y ya se están diseñando advocaciones de Santiago para Palestina, Libia, Siria, Cora del Norte y otras zonas en conflicto del planeta.

Agotada nuestra visita cultural, volvimos a empacharnos de mariscos y pulpos y vieiras... todo regado con un buen albariño, y un poco mareados ya nos tocó abandonar la tierra santa, que Vueling no te perdona si llegas más de 10 minutos tarde. Tuvimos el honor de estrenar terminal nueva en el aeropuerto SCQ y por suerte no llevábamos equipaje para despachar porque seguro que se habría perdido. Disfrutad de las fotos que quedan, y será hasta el proshen arret.