martes, 9 de febrero de 2010

And/Or Ra 2: el regreso (Feb 2010)

Buen comienzo del año para todos! Este es el raconto del primer viaje que hicieron juntos Don y Carlos en el 2010.
Y decimos bien, juntos. Que si tuviéramos que hablar de las aventuras de ambos por separado desde el comienzo de año, pues habrían infinitas más historias por contar. Resumiendo diremos que durante enero Don estuvo muriéndose de frío con unos amigos en unas montañas nevadas cerca de Lake Tahoe, mientras que al mismo tiempo Carlos era teletransportado 30 años atrás en el tiempo, a la época en que vivía con sus padres y 5 hermanos en la misma casa, y los 3 varones compartían el mismo dormitorio. Sólo que en ese extraño viaje también estaban Rocío y Martina. Otra que Lost, pero con mejor guión y MUCHO calor...
Pero volvamos a nuestra aventura andorrana/andorrense/andisolitana, que la gente se pregunta por qué habiendo 1000 lugares para ver antes de morirse uno va repitiendo destinos. Respuesta: 1) que no estamos apurados por morirnos todavía, y 2) que el año pasado lo habíamos pasado tan bien, que tocaba repetir el tradicional fin de semana largo de esqui en Andorra con nuestros amigos Roald y Marc.
Esta vez nos subimos al coche munidos de todos los pasaportes que teníamos en la mesita de luz, y como bien predice la ley de Murphy, ni nos hicieron desacelerar al ingresar al país.
Vamos por parte dijo Jack, que salimos el sábado a mediodía de Barcelona, y llegamos como a las 2 de la tarde a la ciudad fronteriza de Puigcerdá, donde almorzamos bajo un solcito agradable aunque ya la temperatura había bajado bastante, y comenzaba a notarse que habíamos llegado a los Pirineos.
En el camino, Roald nos hizo escuchar su última gran adquisición que resultó ser el compact de los grandes éxitos de la Lady Gagá, y por un momento nuestro viaje se convirtió en un deja vu de nuestra experiencia transcaliforniana durante el thanksgiving pasado, solo que aquí el Roald nos contaba fascinado que había estado ella fabulosa en la entrega de los últimos Grammy. Fabulosa y todo, el "paparazzi" nos seguía sonando igual a lo de siempre.
Como ya lo habíamos dicho, cruzamos la frontera con Andorra como vecino por la puerta de su casa, y entramos nuevamente a este maravilloso mini-país europeo que no forma parte de la Unión Europea aunque tienen al euro como moneda. En fin, demasiadas contradicciones para plantearlas en un fin de semana así que mejor dejarlas allí.
Esa noche festejamos el cumpleaños número $$ (dos dígitos iguales) de Roald yendo a un lugar de fondue que estaba bueno y que tenía como highlight la fondue de setas, aunque la de carne nos terminó convenciendo más (l'argentinidad al palo). Por una de esas extraños algoritmo de las reservas de hoteles, dormir dos noches en un mismo hotel salía más caro que una noche en uno y otra en otro de la misma cadena, separados a 40 metros el uno del otro. Algún día Don escribirá un tratado sobre como vivir bien y a bajo coste, que gracias a sus argucias terminamos haciendo esa chapuza con tanta precisión que la misma chica que nos cobró la primer noche en el "Principal" estaba al día siguiente en la recepción del "Sant Jordi" frotándose los ojos ante sus clientes venidos a menos (el primero era de 4 estrellas y el segundo solo de 2).
El domingo por la mañana fuimos a esquiar a la pista más cercana a Andorra la Vella, un poco preocupados porque estábamos de sol radiante y la temperatura en el valle era de 20 grados... se podrá esquiar en un día así? Pero parece ser que si subes 800 metros ahí arriba hay nieve como para revolcarse de lo lindo... y baja la temperatura un poco también, claro.
Pues lo pasamos muy lindo ese día con un sol radiante y nieve en muy buenas condiciones. Impresionante la cantidad de argentinos que hay por aqui, desde los instructores de esqui hasta los que te atienden en el bar. Incluso encontramos en un bar un menu que decía que por 8 euros con 50 te hacen un "sandwich argentino". Preguntado el camarero de turno sobre el contenido de tamaña delicadeza, nos describió con acento tucumano el contenido de un lomito (pero sin huevo). Seguro que forma parte de la programación de los festejos del bicentenario...
Al día siguiente -nuestro último día en Andorra- decidimos hacer mañana de shopping y tarde de esquí. Digamos que Andorra es un lindo lugar para encontrar artículos de marca a bajo precio, pero nada de ir de pichincheo por ahí, que ni mercados chinos ni paraguayos hay por la zona, ni siquiera se puede conseguir la consabida camiseta/remera que diga "yo estuve en Andorra" por 10 euros!
Pues eso, que estuvimos más bien de "window shopping" aunque algún pantalón nos compramos para ayudar a la economía de este país tan necesitado. Para los juegómanos, encontramos la Wii a 159 euros, aunque me imagino que en el Paraguay debe de estar más barata.
Ya de regreso a las pistas, el día de sol del domingo se había transformado en nublado, frío y más tarde se largó a nevar, así que se ve que seguirá el frío por esta zona del planeta por un buen rato.
Igual, ya que estábamos en el baile, esquiamos toda la tarde hasta que nos echaron a las 17 hs, y ahí bajamos nuevamente al valle donde la nieve se convirtió en lluvia, nos escapamos primero de Andorra la Vella, luego de Andorra-país, y fuimos a parar a la Seu d'Urgell, donde habita uno de los copríncipes de Andorra, pero como esto no es una clase de geografía política lo dejamos allí, que el highlight de la Seu d'Urgell fue ir a parar Ca la Lluisa, que no tiene pagina web ni nada pero le vamos a hacer publicidad hasta la muerte, que dime donde vas a encontrar un restaurante que a las 18,30 te sirva todavia el menu del mediodia de 10 euros, y encima atendido por su propia dueña que encima te deja de "extra" un plato de callos (mondongo pa los que viven en el sur) que estaban como para chuparse los dedos. Igual, la comida probablemente haya sido cualquier cosa, que a esa altura del día nos hubiera parecido deliciosa. De todos modos, todos nuestros puntos van para la Lluisa y su fabuloso restaurante. Terminada la cena, nos quedamos todos dormidos en el coche (excepto el conductor, supongo) mientras emprendíamos el regreso a casa bajo una lluvia constante, y parece que también diluvió todo el lunes en Barcelona así que no estamos arrepentidos para nada de habernos escapado a las pistas este fin de semana pasada.
Habrá que repetir la experiencia antes que se termine el invierno, pues. Nos veníamos pensando que lo habíamos pasado tan bién que el proshen arret sería en un par de fines de semanas más y por aquí cerca. Pero en el camino de regreso el Roald se compadeció de nosotros y nos puso un CD de Alicia Keys, que hizo que finalmente dilucidáramos quien canta este tema con el que nos echaban del White Horse Inn todos los viernes y sábados cuando estaban a punto de cerrar, y uno medio borracho se ponía a imaginar lo lindo que sería ir de paseo a la concrete jungle where dreams are made of. ¡Cuántos lugares nos quedan por conocer! Conclusión: no sabemos ni dónde ni cuándo será el proshen arret, así que stay tunned, y a la prochain!