lunes, 30 de noviembre de 2009

Thanksgiving tour (Nov 09)

"Gobble gobble!" cantaba el pavo en la granja, le cayó un machete por la cabeza y fue a terminar en esta cacerola para deleite de nuestro día de acción de gracias. Pero vamos por parte, que previo a todo esto tuvimos que subirnos al super Toyota Prius de Don para atravesar de norte a sur y de oeste a este el estado de California gastando y ahorrando gasolina a 45 millas por galon (y a 2.64 dólares por galón en su punto más barato) que no está nada mal.
Nuestra cita para la cena de thanksgiving era en la ciudad de Las Vegas, en el estado de Nevada. Allí vive Lee, un sobrino de Don que acaba de ser padre por segunda vez, y no íbamos a obligar a un bebé de 5 días a subirse a un coche y viajar cuatrocientas o más millas hasta el centro civilizado más cercano, así que la reunión familiar de este año cayó en su casa.
Para llegar allí tuvimos que recorrernos todo el Valle Central de California y la porción sur de Nevada.
Esta vez nos tocó como acompañante involuntaria la cada vez mas famosa Lady Gaga, que parece que no importa que radio pongas en el Central Valley, aparece ella con su Paparazzi. Que por una vez está bien, pero ya cuando se pone repetitivo... Se ve que cada año hay alguien que se pone moda y le dan, le dan, le dan todas las radios todo el tiempo. El año pasado era Rihana con su "umbrella" y ahora le toca a esta chica (si no sabes quien es Rihana no importa, ya no existe mas) de la que se dice que es la heredera de Madonna, y considerando que lo mismo se dijo de Britney 5 años antes, esperemos que le vaya igual...
La experiencia "Valle Central" con Lady Gaga o sin ella es interesante. Viviendo en la Bay Area de San Francisco uno corre el riesgo de creerse que ese lugar es lo más normalito del mundo, pero una vez que cruzas las hills lo que se ve alrededor te recuerda que hay una America profunda que quizas es la mayoría y que todos los que viven en la costa son en realidad unos frikis. En fin, fue como siempre una linda experiencia conducir por este zoológico de coches, campos de cultivo, camiones, carteles... hasta que nos cayó la noche, llegamos finalmente al desierto y después de atravesar la línea del estado y dejar por detrás la California en bancarrota de Schwarzenegger, entramos en Nevada, donde plata se ve que no les falta.
El cambio es un poco radical, que de repente te aparecen carteles y ciudades luminosas, y los restaurantes, gasolineras, supermercados, iglesias... todos se transforman en inmensos casino a los cuales es muy fácil de entrar pero casi imposible de encontrar la salida.
Pues eso, que llegamos a Las Vegas muy tarde por la noche, y al día siguiente tuvimos nuestra gran super cena de thanksgiving.
La novedad de esta comida es que el pavo no fue cocinado al horno sino que se lo sumergió en una gran cacerola con aceite hirviendo, y super práctico el tema porque parece que hay que calcular como 4 minutos por libra de pavo, y nosotros teníamos uno de como 14 libras así que en menos de una hora ya estaba hecho. Eso, comparado con las casi 9 horas que lleva hacerlo al horno, es nada.
Obviamente que no es lo mismo pavo al horno que pavo frito, pero la verdad es que nos sorprendió lo tierno que estaba, y como que al cocinarlo así es casi imposible que quede seco por dentro... pues muy tierno. No se qué tan saludable es el pavo frito comparado con "al horno", pero ya nadie nos quitará lo bailado...
Y está de más decir que comimos como cerdos ese día, que con el pavo, el gravy, el puré de patatas, puré de batatas con malvaviscos (!), un jamón asado con azúcar moreno, ensaladas varias... Y después, para el postre, el tradicional pumpkin pie junto con otras tartas y demás... Terminamos todos arrastrándonos de la mesa familiar al super televisor donde Lee y su hija -la pequeña Kylee- se trenzaron en un gran match de boxeo-video-game. Un momento muy "Simpsons" eso de tener a toda la familia gritando "punch, Kylee!" y ella de lo más contenta dandole a los golpes virtuales.
Ese fue un buen momento para escaparnos a hacer nuestra visita nocturna a Las Vegas city, que dicen que hay que ir de noche y realmente es cierto. Si vas a hacer el esfuerzo de llegarte hasta allí en el medio del desierto, ni se te ocurra salir a la calle durante las horas de luz solar que vas a morir deshidratado.
Pues eso, que fuimos a Las Vegas downtown. Y... sorprendente. Uno escucha tantas cosas de esta ciudad-casino-fenómeno construida en el medio de la nada, que obviamente crea muchas expectativas. A mi me pareció un lugar digno de ver. No se si vale la pena subirse a un avión por más low cost que sea, o conducir un coche por horas y horas para llegarse hasta aquí a menos que a uno le interese jugarse unas fichitas e irse de copas después por ahí para despertarse con un anillo de casado y sin saber con quien. Pero Las Vegas tiene lo suyo. Y es obvio que por más copias de Nueva York o de París que hayan dando vueltas por allí, nadie en sus justos cabales se irá a su casa pensando que ya no necesita visitar estas ciudades. Las réplicas estaban bastante bien hechas, todo dentro de un cierto "nivel" que uno tiene que saber tolerar, claro. Pero bastante interesante.
Insistimos una vez más: hay que pasear por la ciudad de noche porque el tema "luces" es lo que hace como el 80% de toda la diversión. Incluso hay espectáculos musicales con fuentes de agua, hasta un volcán-fuente que entra en erupción a cada hora!
Y Don, que tiene un amigo en cada puerto, nos hizo recorrer todos los casinos y hoteles de la ciudad hasta encontrar los delfines que su amiga Arlene diseñó para el Hermitage.
Al día siguiente volvimos a subirnos al super Prius de Don, y enfilamos nuevamente hacia el sureste. Cambiamos de estado una vez más y también de franja horaria. Esta vez el destino era el Gran Cañón del Colorado.
Ojo cuando te dicen que si estás en Las Vegas, el Gran Cañón te queda cerca. Es cierto que la parte final del cañón está como a dos horas de allí, pero como que no tiene mucha gracia porque hay un dique en esa zona y lo único que ves es un gran lago. Por suerte uno tiene alguien erudito en la familia como Don, que se ofreció pacientemente a conducir las 5 horas que nos separaban del cañón-cañón, y hacia allí nos dirigimos. En el camino, pasamos por la fabulosa ruta 66 que mucho charme no parecía exhibir, ya que al menos en la parte que nos tocó pasar era una autopista.
En llegando al Gran Cañón, uno se da cuenta por qué una película con tanto éxito como Thelma & Louise nunca tuvo una segunda parte, que hay como 15 kilómetros entre un borde y el otro y ni los contorsionistas del Cirque du Soleil podrían con esa distancia.
Ellas venían por la parte norte, y nosotros estábamos en el extremo opuesto. Una pena porque si hubieran llegado por aquí les habrían cobrado una entrada de 25 dólares y después les dirían donde aparcar el coche.
Pero bueno, a no lamentarse por lo que no fue que igual la peli estaba buena. Aquí lo interesante de ver en esta super maravilla de la naturaleza es la cantidad de capas geológicas que hay en las rocas, hasta un daltónico puede diferenciar varias, y son muchas! El cañón desde donde lo veíamos nosotros era MUY profundo. Tanto, tanto que era casi imposible ver el río Colorado en el fondo. Tuvimos que movernos un poco más hacia el este para poder ver agua. Don conoce bastante bien esta zona porque tuvo la suerte de haber hecho rafting sobre este río, y también varias excursiones de senderismo, así que conocía cada lugar al detalle. Y eso aquí es un superplus porque sino uno no sabe hacia donde ir y desde varios miradores se ve mas o menos lo mismo. Definitivamente, hay que volver aquí o bien para hacer un "hike down" y pasar la noche al lado del río y que despues te saquen en helicoptero o -mucho mejor pero mas caro y difícil porque hay pocos permisos por año- hacer rafting sobre el río. Un gran highlight esta visita al Grand Canyon...
Al día siguiente montamos el superprius nuevamente para volver a pillar la 66 pero esta vez en dirección a Los Angeles.
Y no se como lo ven otros, pero a mi LA siempre me pareció un lugar feo. Que me perdonen las estrellas de Hollywood y las mujeres desesperadas, pero para mi esto me parece como una super ciudad-suburbio donde siempre hay que chuparse horas y horas en autopistas que siempre están repletas de coches de día, de noche, de madrugada... Pero siempre estoy dispuesto a darle otra oportunidad, que tanta gente viviendo allí debe de ser por algo, no?
Esta vez nuestro primer destino fue Long Beach, que allí nos esperaba Frank para hacernos conocer su nueva casa y la vida en el lugar. Y tanto que te dicen que Long Beach is the place to go, y que después de estar aquí ya no hay ni Castro, ni GaiExample ni San Telmo que se le compare, y que todo es super guay en Long Beach... pues que vamos a la playa en tono super "que lindo y tranquilo todo por aquí" y con qué nos encontramos? Con POZOS DE PETROLEO sobre el mar, algunos como a 50 metros de la playa. Encima, de día están como medio camuflados como pequeñas islas con palmeras falsas en las orillas y todo, pero de noche el espectáculo de las maquinitas esas extrayendo petróleo y echando humo es patético. Quelle horreur, Long Ditch! Después de cenar fuimos a una disco que tenía como feature interesante "que desde la terraza se tiene vista directa al mar" y lo que se podía ver era lamentable...
Imaginate ir de caminata romántica por las playas de Long Ditch y revolcarte un poco por la arena con tu pareja de turno para terminar ambos totalmente engrasados como Shakira en ese video con Alejandro Sanz. Que fuerte! Aquí se entiende un poco mejor esa manía de ir a invadir otros países para sacarles el petróleo, que si yo fuera vecino de Long Ditch también estaría super a favor de ir a sacar petróleo de cualquier otro lugar que de la playa de enfrente de mi casa!
En fin, como que ya estaba preparándome para hacerle la cruz a LA (se puede "hacerle la cruz a unos angeles"? :-)) y no volver nunca más por aquí, incluso ya había comenzado a averiguar en la biblia cómo se hace para invocar para esta ciudad el mismo tratamiento que Sodoma y Gomorra, y afortunadamente Don consiguió arrastrarme al J. Paul Getty Museum, que realmente consiguió hacerme cambiar la perspectiva.
Resulta que este J.P. Getty era como el Bill Gates del petróleo de los años 50, y anduvo comprando arte por ahí durante toda su vida y al final se terminó muriendo (como todos) pero con todo su dinero más el arte que ya tenía se montaron un par de museos en Los Ángeles. Y super a favor de este museo que aquí hay obras de Van Gogh, Rembrandt, El Greco, Tiziano... y todo esto es gratis. Si, totalmente gratis. En realidad, si vas en coche (y casi que es lo único que se puede hacer en LA porque utilizar el transporte público aquí es solo para suicidarse) te cobran 15 dolares de parking. Y no hay manera de "aparcar afuera" porque al museo se accede por una autopista, muy LA eso..
Pero, a lo que iba. Que una vez pagados los 15 dólares del parking, adentro todo es gratis. Todas las exhibiciones, los audios, los tours. Y hay tours para niños, para familias, unos donde te muestran los highlights del museo, otros que eligen una obra de arte específica y se pasan 20 minutos análizandola, tours en español... Y tampoco tienen esta chorrada muy de museo gratis norteamericano que a cada 2 minutos te piden donaciones ni contribuciones, y no te obligan ni te invitan a pasar por la tienda de souvenirs ni al final ni al principio.
Los guías, super profesionales e incluso los cuidadores de sala te cuentan cuales son sus obras favoritas y demás. Uno no puede olvidarse que esto no es Europa cuando a mitad del tour no falta el taurongo de turno que pregunta que cuánto es el valor de mercado de tal o cual pintura de Van Gogh... Imaginate tu que cuando pasemos nuevamente por el Louvre preguntemos el precio de la Victoria de Samotracia, que como le falta la cabeza y algún otro pedazo del cuerpo, por ahi nos sale de rebajas.
Pues gracias al Getty hemos puesto "on hold" por ahora nuestro pedido de lluvia de azufre para LA. Y no solo eso, ahora pasa a ser un must de nuestra lista de cosas para hacer en LA. Así que, agendando: en LA se ha de ir a Disney, a ver las estrellas en el boulevar de Hollywood, pasarse como unas seis horas espiando la casa de Madonna (asegurarse previamente que la diva se encuentre en zona para no ir en vano), si hubiera suficiente tiempo también repetir la operación con la casa o la clínica donde estuviera ingresada Britney, y por último dedicarle al menos 4 o 5 horas al Getty. Nuestra última noche en la gran ciudad la pasamos en lo de Tom y Elena, que la última vez que nos vimos éramos todos solteros y ya era hora de conocer a Ludovico y Cósimo. Antes de comenzar con nuestro regreso, y siguiendo con nuestro romance Getty, fuimos a la Villa Getty en Malibu, que es una reconstrucción de lo más fidedigna posible de una villa romana de la epoca de Pompeya. Nuevamente, todo gratis modulo los 15 dolares de parking. Staff super amable, unos tours de lujo, y realmente es impresionante ver lo bien que está montado todo, que solo nos faltaba una toga para sentirnos romanos de alcurnia. Los baños por suerte eran como baños de museo, que por mas de marmol que sean, las letrinas romanas no son lo mío.
Super a favor de Getty, una vez más. Hay que ir, hay que ir, hay que ir.
El regreso, tranquilo. Ahora, un poco cansados de tanto coche pero contentos. El proshen arret será ya para krismas. A plus!