sábado, 17 de octubre de 2009

Torontontero (Oct 09)


De vez en cuando uno se cansa de viajar apiñado como gallinas en su aerolinea de bajo coste favorito y quiere volver a tener delante suyo el dichoso dilema que divide a la humanidad: "chicken or pasta?" de los vuelos intercontinentales. Y es así que nos hemos embarcado a cruzar el charco, y octubre nos encontro' en Toronto, al sur de Canadá (bueno, casi todas las ciudades de Canadá están al sur de Canadá y me imagino que por un buen motivo), sobre el lago Ontario. Una ciudad muy vibrante, y muy interesante.
Nos acompañaba en esta ocasión Toni, quien decidió tomarse vacaciones en octubre en lugar de
agosto para venir a pasar frío en Toronto. Igual, a Toni mucho no hay que creerle que a veces en el medio de sus "vacaciones" en Madrid se va a mirar los ordenadores de la Guardia Civil o cosas como esa, así que bien podría ser que haya estado "en misión" por aqui y nosotros eramos el camuflaje.

Lo cierto es que la primer semana de octubre nos encontró a todos los personajes de esta historia aquí, en Toronto city. Octubre ya es otoño en esta zona, y aunque se supone que no debería de hacer tanto frío, pues digamos que tuvimos que ponernos encima todo lo que trajimos, nos cayó agua y algún que otro resfriado, pero por suerte ni gripe ni H1N1 so far así que pudimos disfrutarlo.
Lo lindo de la ciudad esta es que tiene su downtown super super moderno con rascacielos y todas esas cosas, pero a cinco minutos en cualquier dirección te encuentras con parques y casas con jardines. Incluso si tomas la dirección "hacia adentro del lago", caes en las Toronto islands, que es casi como un parque natural con playa nudista incluida pero a como iba la temperatura, como que no (igual, el jueves pasado estuvimos
en la noche "clothing optional" del Black Eagle apostando a quien iba a sacarse toda la ropa con -4 grados afuera, y mira que hay gente para todo, eh?).
Pues resulta que en la Toronto island se puede ir a andar en bici, caminar, ir de bares, jugar al frisbee golf, e incluso generar energía eléctrica pedaleando en este armatoste.
Aunque a jugzar por la cantidad de luces encendidas de la ciudad, muy cara no parece ser la electricidad en Canada.
Lo que obviamente tienen de fabuloso estas islas son las vistas que ofrece del downtown Toronto, y de la famosa torre de la cual ya hablaremos en breve porque al día siguiente nos tocó pillar
coche de alquiler para ir a las Niagara Falls.
A mi no me pidan que comparen Iguazú con Niagara, que ambas tienen su charme y me parecen bastante distintas. Aquí lo bueno es que venís conduciendo en coche como quien va por la costanera y de repente te aparecen las cataratas delante tuyo y podés hacer un
lindo paseíto de como 500 metros y ya ves todo. Obviamente después nos subimos al barquito ese que te lleva bien cerca de las cascadas y te mojas de lo lindo. Igual, como que llovía ese día así que mojados ya estábamos. Lo superfuerte aquí es que tanto al entrar al barco como en la dichosa torre CN te sacan una foto con fondo en blanco
y después gracias a las maravillas del fotoshop, te venden una foto con un fondo fabuloso. Al menos eso nos sirvió para sacarnos de encima la foto del Niagara de encima cuando Don le dijo al vendedor "aquí hay sol, y las cataratas que nosotros vimos eran bajo la lluvia". En la CN tower la situación era peor porque aparecías en la foto dentro de la torre y tenías por detrás tuyo... la misma torre! En fin...
Toni recordaba algún libro de su infancia donde se mencionaba a estas
Niagara falls como una de las 7 maravillas del mundo. Lo que seguramente el libro no te contaba era que si te dabas vuelta, a espaldas de los saltos hay una especie de Las Vegas-Disney horroroso, bastante hortera y con nada interesante para ver excepto casinos y lugares de venta de alcohol duty free. Como que no teniamos nada para hacer y queríamos quedarnos a ver los fuegos articiales que prometían a las 22 hs, tuvimos que tragar saliva
y pasarnos toda la tarde en Niagaraville. Al menos fue divertido intentar encontrar el "all you can eat" por 15 dolares que le habían prometido a Don que existía en algún lugar de todo el circo este (igual después la bebida te salía como 6 dolares y luego los impuestos... y al final terminás pagando como 25 pero es lo que había), o descubrir los vinos españoles en la tienda de alcohol duty free en la sección "south and east of Europe" (!)
Lo de los fuegos tuvo lo suyo, y realmente valió
la pena quedarse hasta ese momento. Las cataratas estaban iluminadas por reflectores desde el lado canadiense, y los fuegos "les explotaban" desde enfrente. Bastante bonito, aunque llegó un momento que entre el humo de la pólvora y el vapor del agua, parecía todo como un campo de batalla y no se veía mucho, pero eso ocurrió obviamente hacia el final así que lo pudimos disfrutar bien.
Al día siguiente, mientras Carlos se recuperaba del resfrío bien ganado que se trajo de la experiencia Niágara tomando cuanta droga legal hubiera disponible en el mercado, Toni y Don fueron al Algonquin Park, que parece que es un poco lo más en materia de parques naturales de por aquí, y encima el otoño parece ser una de las estaciones en las que hay que ir, que todavía se puede caminar por allí sin esquíes, y además los árboles se están poniendo amarillos.
Una pasada, bah!
Un día más tarde, con Carlos parcialmente recuperados, decidimos afrontar la dichosa subida a la famosa
torre CN, que te la venden como la estructura "freestanding" más alta del mundo (553 m). Yo que se, con tanta mentira que hay en el fotoshop de estos dias, por ahi no es algo más
de eso. Igual, fuimos para allá que subir por ascensor hasta ahi arriba tiene lo suyo, que se te tapan los oídos como si fueras en avión, y una vez arriba, además de que tenés una vista global de la ciudad (y no voy a caer aquí en la chorrada esa que todo el mundo conoce, que uno ya tiene una edad), podés caminar por un piso de vidro (bueno, vidrio-vidrio no es. Pero sí es transparente) viendo el piso 400 metros más abajo. Al principio todos teníamos como un poco de yuyu,
pero después ya nos largamos a hacer las cosas más insólitas, incluso estaba la que cruzó con su silla de ruedas por el piso de vidrio, o los niños que -como buenos niños que son- se pusieron a saltar sobre la plataforma.
También se podía salir a una especie de pasillo que rodeaba a la torre como una corona donde -jaula mediante- uno estaba a la interperie y al que no iba nadie porque hacía frío + viento que te congelaba la respiración. Igual, hubo tiempo de recorrerlo completo e incluso tener momento foto antes de que nos congeláramos por completo. Es recomendable ir
en un día donde no haya nubes (si es esto posible) y de tardecita, así se pueden ver la ciudad comenzando a iluminarse, y es realmente una maravilla.
También hay un restaurante allí donde por unos 50 dólares te dan cena con vista a la city, pero como que el menu no parecía muy interesante y no había opción de elegir otra cosa. Puede parecer además caro, pero ya la entrada a la torre ya era como de 23 dólares, y eso que no llegamos al segundo nivel porque la chica (y a ver si por haber escrito la palabra "chica" otra vez me ligo el comentario de ese que tiene una página de "chicas" como en el post anterior) que nos atendió abajo nos dijo que había como una hora de cola más para llegar al segundo nivel.
Obviamente cuando llegamos a la entrada del segundo nivel, había una fila de ocho personas. En fin... Ese día lo terminamos cantando alrededor del piano bar de Zipperz, o en la noche retro que habia en el dancefloor detrás. No recuerdo, eran muchas emociones juntas.
Al día siguiente era el día de Acción de Gracias / Thanksgiving de Canadá. Algo más o menos razonable ya que en el resto de las Américas y en partes de España se celebra la hispanidad, por qué no hacer aquí el Thanksgiving? Igual, tiene
su "con" celebrar el thanksgiving un lunes, ya que si quieres que toda la familia se reuna desde varios puntos del país a cenar ese día y después el martes tempranito todos tienen que estar trabajando en sus respectivas ciudades, como que no da.
Así que varios de hecho lo celebran ya el domingo, y el lunes se dedican a descansar de la comilona.
Pues aquí nos había invitado Teresa a dar gracias en su casa. La pobre se compró un pavo y lo tuvo en el horno como por 8 horas cosa de poder pasar un día de acción de gracias mas o menos genuino, mientras nosotros nos recorríamos
todo Toronto de norte a sur, este a oeste, arriba y abajo intentando encontrar sin éxito algo de alcohol como para acompañar la tarde, así que tuvimos que conformarnos con traer unas tartas (compradas de una tienda), unos zumos de frutas + coca cola y algunas frutas.
Los franceses invitados al evento fueron más formales con la comida y se trajeron comida hecha por ellos mismos (lasaña y tarta de manzanas).
Los argentinos, de lo peor. Que cayeron con un balde de pollo frito de Kentucky Fried Chicken, y dime tu donde se ha visto que en la cena del dia de acción de gracias se coma pollo de KFC? Es como si te invitaran a pasar la Nochebuena con la familia de alguien y te aparecieras con un tarro de palomitas de maíz de esas que venden en el cine.
Don miró con desdén el fried chicken y me dijo: yo comeré pavo. Y acto seguido, desapareció en la cocina donde tomó control de la situación y se puso a preparar gravy y las otras cosas que se comen en thanksgiving. El pavo quedó fabuloso, tan bien estaba que el superestrictísimo Don le dijo a Teresa "te ha salido muy bien para ser tu primera vez" que eso es como que te den las 3 estrellas Michelin de la cocción de pavos.
Y al final comimos todo lo que había para comer esa noche, bebimos algo de alcohol que algo había, jugamos a la mafia y lo pasamos bien.
Don al día siguiente se fue para California a cuidar de la hacienda, Toni se quedó unos días más por la city disfrutando de museos y teatros. Con Teresa descubrimos que si te hacés pasar por estudiante discapacitado la entrada al musical de "la novicia rebelde" / "sonrisas y lágrimas" / "the sound of music" te sale 25$ y no 60$ (después te miran mal cuando entrás al teatro sin tu silla de ruedas, pero igual te dejan pasar).
A Carlos le quedan todavía un par de semanas en Torontocity, que su carnet de la UT dice que no se puede ir hasta Halloween. Así que de momento no hay más nada para reportar, y el proshen arret ya será -servicio de migraciones mediante- from the land of the free. Algunas fotos más aquí debajo, y cuando tenga tiempo pongo el resto, que el servidor de la residencia es superlento y tarda mil por cada archivo. A la prochain, mes cheries!