lunes, 8 de agosto de 2011

Nor-Oeste Nor-Americano (Agosto 2011)

Como ocurre con especies varias, Carlos & Don realizan su movimiento migratorio anual promediando el verano del hemisferio norte. Y si bien desde el último arret hasta ahora se han movido bastante estos dos por el planeta, no fue sino hasta fines de julio que coincidieron ambos en el mismo aeropuerto con sendas tarjetas de embarque, listos para -valga la redundancia- embarcarse en una nueva aventura.
El vuelo esta vez era Oakland - Seattle, con la seudo-low-cost Southwest. Super a favor de la wifi gratis tanto en los aeropuertos de OAK como en SEA, y muy bien Southwest que te deja llevar hasta 2 piezas de equipaje sin cargo, y que además tienen un sistema bastante ingenioso para embarcar sin que tengas que pasarte 16 horas en una cola antes de subir al avión so riesgo de terminar sentado en el retrete del baño al final del pasillo del boeing.
Dos horas más tarde llegamos a Seattle, en el estado de Washington (y a no confundir con Washington DF porque están muy lejos uno del otro!), con una calor que ni te cuento. Uno muy acostumbrado a que hace frío en San Francisco en verano/primavera/otoño/invierno, que entonces como que más al norte debe de hacer más frío... pero mira tu que no, que parece que la zona esta del Golden Gate y alrededores debe de estar abandonada por la divinidad de turno (con tanto pecado que hay en estas calles, claro) y esto ya es como la antesala de la morgue del frío que hace en pleno agosto, pero resulta que si te mueves un poco más hacia el norte, pues que hace calor en verano como debe de ser. Fue aterrizar y ponernos la poca ropa ligera que llevábamos, y salir a caminar por el centro de la city.
Se ve que la noticia de la llegada de la feliz pareja corrió como un reguero de pólvora, que el alcalde de Seattle decidió en esa misma tarde de calor homenajearlos con una "parade" de esas que se hacen en los veranos en las ciudades estadunidenses, y hasta le pusieron un nombre gracioso y todo: la torchlight parade. Que fue gracioso ver a las azafatas de Alaska Airlines pasar portando carry-on reglamentario bailando al ritmo de la nueva versión de la lambada esa que canta Jennifer Lopez que nos recuerda que antes que Shakira moviera las caderas como las mueve, que ya las movía ella (aunque está un poco gaga-izada en este video esta chica, será que el mercado así lo manda). Pues estamos condenados a que sea el tema de este verano ese, aunque uno juraría y perjuraría haberlo escuchado ya durante el año pasado.

Esa noche cenamos pescado del bueno (del Pacífico, claro) en Anthony's lo cual tenía un cierto glamur que fue destruido totalmente cuando nos encontramos con la versión fast food del mismo restaurante adentro del aeropuerto de Seattle, pero eso ya fue para nuestro regreso así que el charme duró unos cuantos días.

Al día siguiente ya se había normalizado un poco el clima y nos cayó lluvia como se supone que tiene que llover allí. Fuimos al Pike Market que es donde uno va los fines de semana, le dimos a unos crab cakes que estaban buenos, caminamos un poco por allí y ya sobre el mediodía comenzamos a enfilar hacia el sur, que nuestro próximo destino era Portland, la ciudad mas grande del estado de Oregon, donde viven la hermana de Don -Diana- y sus cuatro hijos.

Y aquí ya habíamos estado, claro, casi como 2 años atrás cuando vinimos a pasar navidades y esquiar con la familia, pero ahora hacía calor del bueno que tuvimos que ir a comprar ropa de verano porque no teníamos para tanto.
Como siempre es interesante ver a Don ponerse en formato "tío" y contar una y otra vez las historias con las que ya nos tiene acostumbrado infinitas veces solo que esta vez cambiaba las palabras "my dad" por "your grandfather". Si este chico fumara para sus 50 habría que regalarle una pipa que era lo que le faltaba a la escena familiar para hacerla completa.

Como que hacía calor-calor, nos acercamos hasta el río Columbia que divide a los dos estados (Oregon y Washington) para refrescarnos un poco. Al día siguiente fuimos a conocer el centro de Portland, que tiene varias cosas interesantes como transporte público gratuito en el microcentro y varios conciertos al aire libre. También visitamos la Pioneer Courthouse que tiene su sede aquí y que pensábamos que se encargaba de la famosa batalla por la Proposición 8 en California pero fíjate tu que no, que ese tema en realidad se trata en San Francisco, aquí enfrente nomás.
También visitamos el museo de historia de Oregon, algun bar de esos en los que da igual que sea de día o de noche o en qué pueblo estés, pero no era nada del otro mundo.

Por la tarde nos pusimos las mejores galas, que justo en el preciso momento en que el presidente Obama tenía que anunciar al mundo que los EEUU entraban en bancarrota y que no iban a pagar un céntimo de esa seguramente injusta deuda que la tienen comprada mayoritariamente los chinos, pues resulta que no fue así sino que más bien fuimos testigos del "si quiero" de Keo y Anjuli ("¿cómo se pronuncian estos nombres?" me preguntará Ud. "Pues como le salga", le diré yo), debajo de una glorieta y teniendo como testigo a un pastor, como es habitual en estos eventos.

El pastor era mormón, como la familia de la novia. A lo cual no tenemos nada que decir que cada uno es dueño de creerse el libro que quiera creer (incluso somos super fans de esta serie así que algo de empatía tenemos con la gente de Utah y alrededores). Lo que sí hay que tener en cuenta al preparse para ir a una boda de este tipo es que
  • no habrá alcohol
  • no habrá café
y tampoco te esperes que te pase algo como en las cuatro bodas y un funeral, que vas a abrir la puerta de una habitación al azar y te vas a encontrar a gente intimando por allí. No señor, por las dudas ni se nos ocurrió abrir ninguna puerta, nos bebimos la limonada esa que te servían para refrescarte, comimos la comida cocinada meticulosamente por el novio -que es chef-, engullimos el pastel que estaba muy bueno quizás por ser gluten-free para que la novia pudiera digerirlo, bailamos lo que se podía bailar, despedimos a los novios que se iban de luna de miel a Puerto Vallarta, y despues nos fuimos a dormir tempranito que a falta de café, buena se pone la almohada.

Al día siguiente continuamos con nuestro road trip, cambiamos de estado nuevamente y nos volvimos a meter en Washington. Esta vez nuestra parada fue en el parque alrededor del monte St Helenes, que cuenta la historia que la desgracia ocurrió el 18 de mayo de 1980, que el volcán entró en erupción de una manera tremenda y se cargó con todo lo que había a su paso, incluida una buena parte de su propio cráter.
Y uno que se piensa que estas erupciones están buenas como para ir a verlas como a unos 70 km de distancia, llevas tu silleta plegable y unas palomitas de maiz y te diviertes mirando el espectáculo al aire libre a lo lejos, pero cuando comienzas a encontrarte con tierra pelada y árboles totalmente calcinados a más de 100 km del epicentro de la erupción, pues te lo tienes que pensar mejor. Que ya nos lo decían nuestras maestras de catecismo en la escuela primaria, que los volcanes fueron puestos en este mundo como evidencia i-rre-fu-ta-ble de que el infierno existe, que está debajo nuestro, que hace mucho calor allí y que es el destino de la gente que se porta mal en esta vida. Que así sea. Eah....

Además de rodear el volcán y sacarle fotos, en este parque uno podía pasearse por unos tubos de lava fría enormes como el tunel del/la metro, y también disfrutar un poco de nuevos ríos y lagos que se formaron a partir de tanto material volcánico vertido desde el St Helens desde la última erupción. Interesantemente, en los lugares próximos al volcan la vida animal y vegetal se va recuperando con el paso del tiempo, lo cual convierte a este lugar en un laboratorio biológico que vale la pena observar.

Terminada nuestra aventura en la profundidad volcánica del Washington State, nos pusimos nuevamente on the road en nuestra propia versión del PussyWagon de Lady Gaga y Beyoncé en (la parte del final de) este video, y nos volvimos para Seattle, parando en cuanto diner hubiera para ver si conseguíamos allí el sandwich que la Gaga prepara en el clip.
En Seattle nos quedaban amigos de Don por visitar, amigos de Carlos por visitar, y también amigos conjuntos como estos barceloninos que estaban también de aventuras por aquí.
En nuestro último día por el noroeste fuimos al Discovery Park, en Seattle, donde hay además un centro comunitario de indígenas de la zona, y Carlos descubrió con sorpresa que los indios de aquí también cocinan chipacuerito, solo que en una versión un poco más gruesa que la de su Corrientes natal.
Por la tarde estuvimos un rato por la zona de Fremont, y terminamos nuestra visita a la gran ciudad haciendo un poco de bar-eo que nunca viene mal.
Al día siguiente, pues lo usual: que hacer el bolso, que el check out, que devolver el coche, que tren al aeropuerto, que
Southwest, que aeropuerto de Oakland y de allí derecho a casita gracias al BART.

Carlos & Don continuan con su estancia veraniega por la bay area de San Francisco hasta setiembre. No espereis que os aburramos con lo que hacemos por esta zona que es mas o menos lo mismo que hay aquí , solo hay que cambiar el 2010 por el 2011.

Pues hasta aquí llega el relato, y será hasta el proshen arret. Pero... un momento! ¿Qué hacen en esta última foto los barceloninos más el amigo rumano de Carlos que vive en Atlanta más Don y Carlos todos juntos de dim sum en el restaurante chino favorito de Don en Oakland? ¡Ay, hija! No se puede saber todo en esta vida. Disfrutad de las fotos que siguen, y buen verano/invierno per a tothom.